Por Steven J. Hogan

Traducido por Mario Meneses

~ Un Mensaje del Sábado por la Mañana #132 ~

Todo se trata del reino de Dios y de la gloria de Dios, ¿no? ¡Claro que lo es! Así es como siempre ha sido y así será siempre. “El Señor es Rey para siempre… Alabaré Tu nombre para siempre y para siempre… Tu reino es un reino eterno” (Salmos 10:16; 145:2,13). Del Génesis al Apocalipsis esto es todo lo que necesitamos saber y por lo que debemos estar muy entusiasmados. Desde el principio, Dios ha estado edificando Su reino, y todo va precisamente de acuerdo con Sus planes.  El actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: “¿Qué has hecho?Daniel 4:34-35, Salmos 33:10-12

La mayor parte del Antiguo Testamento trata sobre Dios edificando su reino por medio de Abraham y sus descendientes, por medio de los israelitas. Y tuvieron cierto éxito, y mucho fracaso, pero Dios fue soberano, trabajando todas las cosas de acuerdo con el propósito de Su voluntad, y Su reino siguió creciendo. Sabemos que Dios también tenía el futuro en mente, porque un aspecto importante del Antiguo Testamento son las promesas que hizo a Su pueblo acerca del Mesías venidero, el Rey venidero y Su reino venidero en la tierra. Ahora bien, este Mesías y Rey se refieren a la misma persona, al Hijo de Dios, al que llamamos Jesús. Salmo 47, Isaías 9:6-7, Isaías 53

En el momento perfecto, este Jesús, este Mesías, nació, el Hijo de Dios también se convirtió en el Hijo del Hombre. Cuando Jesús creció, anunció que el reino de Dios estaba cerca, y eso es porque él era Rey. Pero Su propósito principal en ese momento no era establecer Su reino en la tierra, sino morir para pagar los pecados de los que Dios había elegido salvar. Y eso es lo que Jesús hizo, satisfaciendo plenamente la justicia de Dios, permitiendo a Dios entonces tener misericordia de los pecadores. Todas las personas que se arrepienten de sus pecados y creen que Jesús sufrió y murió por ellos, pagando así la pena por sus pecados, nacen de nuevo, son perdonados y entran espiritualmente en el reino de Dios. Marcos 1:15, Juan 3:3

Tristemente, la mayoría de los judíos rechazaron a Jesús, porque no querían que fuera su Salvador, sólo querían que fuera su Rey. Pero este rechazo de Jesús era parte del plan divino de Dios, porque la iglesia se convirtió entonces en Su medio para edificar Su reino. Desde ese momento y hasta el día de hoy, este evangelio del reino de Dios se ha predicado en todo el mundo (Hechos 1:8). Podríamos ser como Pablo, quien estaba “testificando solemnemente sobre el reino de Dios y tratando de persuadirlos concernientes a Jesús” (Hechos 28:23). Ahora es cerca de 2000 años después de la llegada de Cristo, y deberíamos estar encantados de que cientos de millones de personas hayan experimentado el amor bondadoso de Dios, después de haber sido rescatados del dominio de las tinieblas, y transferidos al Reino del Hijo de Dios (Colosenses 1:13). Durante toda esta era de la iglesia, Jesucristo ha estado edificando fielmente Su iglesia, construyendo así el reino de Dios, no de manera física, sino de manera espiritual. Jesús lo dijo de esta manera: “El reino de Dios está dentro de ti.” Lucas 17:21

Pero esto no es sólo una edad de la iglesia, también es una edad malvada, porque hay calamidad, engaño, angustia y odio en todo el mundo. Las personas sin Dios están luchando contra Dios, queriendo poder y control para su propia gloria, pero no para Su gloria. No están buscando el reino de Dios, porque quieren su propio pequeño reino. Pero Dios ha querido y planeado enviar a Su propio Hijo, el Rey de reyes, para establecer Su reino en la tierra, y no será frustrado, no será detenido. Salmo 2, Apocalipsis 11:15

Puesto que vivimos en los tiempos finales, sabemos que pronto “veremos al Hijo del Hombre venir en una nube con poder y gran gloria” (Lucas 21:27). Lo primero que sucede en la venida de Cristo es que los cristianos serán raptados, de forma segura y rápida de la tierra para estar con él. Inmediatamente después de eso, Dios derramará Su ira, castigando justamente a los incrédulos que aún viven en la tierra. Entonces un remanente de judíos será redimido, momento en el cual Cristo Rey regresará. “En ese día Sus pies estarán en el Monte de los Olivos… el Señor será Rey sobre toda la tierra.” Zacarías 14:4, 14

Lo que Dios prometió una y otra vez finalmente se hará realidad. Tenemos  que despertar y estar alertas de lo que Dios está haciendo, porque no pasará mucho tiempo antes de que lo veamos cumpliendo Sus promesas. Esta edad malvada que ha estado pasando desde la época de Adán y Eva, junto con esta era de la iglesia, pronto y de repente llegará a su fin. Poco después de eso, veremos a nuestro Rey sabiamente, con amor, justa y perfectamente gobernando la tierra. Toda rodilla se inclinará, y toda lengua confesará que Jesús es Señor, y “la tierra se llenará con el conocimiento de la gloria del Señor. “Filipenses 2:10-11, Habacuc 2:14

Durante la era del reino milenario, esta tierra será dramática, maravillosa y magníficamente diferente que ahora. Todo, espiritual, física, relacional y socialmente, va a cambiar para mejor. Eso es porque Jesucristo estará completamente a cargo de Su reino terrenal durante 1000 años gloriosos, y nosotros, siendo perfectos, estaremos gobernando perfectamente con El. Podríamos estar buscando el reino espiritual de Dios, orando para que Venga Su reino visible, esperando el regreso del Rey, y diciendo: “Tuyo es el Reino, el poder y la gloria para siempre. Amén.” Mateo 6:10, 14, 33

Nota: Tu comprensión del reino de Dios es muy útil para que puedas ver el panorama general y tu papel en la obra de Dios en el mundo. Por lo tanto, os animo a leer dos publicaciones anteriores sobre el reino de Dios, El Reino de Dios y las Instrucciones del Reino para la Iglesia.