Por Steven J. Hogan

Traducido por Mario Meneses

~ Un mensaje del Sábado por la Mañana #30 ~

¡La gloria de Dios! ¡Un tema grandioso y glorioso! ¡Espero que deseemos glorificar a Dios, para darle toda la gloria! Antes de que fuimos salvos, éramos pecadores, y no le estábamos dando la gloria a Dios. “Cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible…” (Romanos 1:23). Pero gracias a Dios que él nos ha salvado para darle gloria a Él. Y luego nos dice que debemos “…nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios...” (Romanos 5:2). Una de las principales razones de que somos salvos es para que cuando Cristo venga seremos glorificados, y luego glorificaremos a Dios todo el tiempo y con todo nuestro corazón y alma. Esto es por lo que realmente deberíamos estar entusiasmados y ansiosos.

Pero ahora estamos en la tierra, y nuestra carne a menudo quiere ser admirada, reconocida, aplaudida, famosa, popular y promovida. Y es el Salmo 115.1 que otra vez nos dice la razón principal por la cual estamos aquí: La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre, por causa de tu amor y tu verdad...” ¿Estamos aquí para dar gloria a Dios, y por qué? Porque su amor y su verdad maravillosamente y eternamente nos transforman. ¿Cuál fue el deseo de David? Señor mi Dios, con todo el corazón te alabaré,  y por siempre glorificaré tu nombre.  Porque grande es tu amor por mí: me has librado de caer en el sepulcro.” (Salmo 86:12-13).

¿Cómo le damos gloria a Dios? Salmo 63:1-5 nos dice que estamos aquí para buscar a Dios y luego veremos a Dios y específicamente su poder y su gloria. Entonces estaremos satisfechos por su amor, estaremos enamorados de EL y luego lo glorificaremos bendiciéndolo, alabándolo, y cantándole a él. Y por cierto, esto es mejor que 1 millón de puestas de sol, o cualquier otra cosa en esta tierra. ¿De qué otra manera le damos gloria a Dios? 1 Corintios 10:31 dice que toda nuestra vida completa es dar gloria de Dios. “…ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.“. Glorificar a Dios al comer, por nuestros trabajos, mediante el uso de nuestros dones, sirviendo en la iglesia, por nuestro tiempo con la familia, nuestro ejercicio, nuestras relaciones, nuestras vacaciones, por “hagan cualquier otra cosa Nosotros también glorificamos a Dios al ser fuerte en la fe (Romanos 4:20), haciendo el trabajo que Dios nos da para hacer (John 17:4), al ser agradecido (Salmo 69:30) y por ser Santo (Isaías 6:3).

También hay versos que se refieren a la Gloria de Dios. Timoteo 1:15-17 dice que Dios es glorificado porque él nos salva. Filipenses 4:19-20 dice que Dios es glorificado cuando nuestras necesidades son satisfechas. 2 Peter 3:18 dice que Dios es glorificado cuando crecemos en el conocimiento de Cristo. 2 Timoteo 4:18 dice que Dios es glorificado porque él nos rescata de los ataques del diablo. Judas 24-25 dice que Dios es glorificado al llevarnos de la tierra al cielo. Hebreos 13:20-21 dice que Dios es glorificado porque él nos prepara a nosotros a hacer su voluntad. Romanos 11:36 dice que Dios es glorificado porque él guarda un remanente de judíos. “Para de él y a través de él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por siempre. Amén.” ¿Ves esto? Sin ninguna duda, nuestra meta Suprema, nuestra mayor alegría, nuestro esfuerzo más satisfactorio, es dar gloria a Dios, ahora y siempre!

Pero regresando al tema de la venida de Cristo: tengo que decirle, me emociono mucho al pensar en Cristo viniendo en su impresionante gloria,  esplendor, poder y majestad (Lucas 21:27). Porque cuando esto suceda  seré glorificado, voy a ser plenamente salvado y finalmente podré cumplir el propósito por el cual Dios me creo y por el cual Dios me salvo, el cual es siempre glorificar a Dios y Jesucristo. Pero yo no soy el único glorificando a Dios, sino todos los santos juntos glorificándolo e El. ¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, (Apocalipsis 19:1). Pero uno de mis versículos favoritos concerniente a la gloria de Dios está en la oración de Jesús por nosotros:  Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo...” (Juan 17:24). ¿Se imagina realmente estar con Jesús, verlo y ver su gloria, magnífico y espectacular y luego darle gloria? No hay nada mejor que esto, y esto es lo que vamos a hacer para siempre y eternamente!

Yo oro para que tú le des gloria a Dios mientras vives en esta tierra. Pero también ruego que estás emocionado por ver a Cristo volver en gloria, porque entonces vas a ser glorificado y luego aparecerás con Cristo en gloria, y entonces le darás Gloria como nunca antes – y estarás más animado, más satisfechos y lleno de alegría. Toda la tierra se llenará de la gloria del Señor” (números 14:21). “De los confines de la tierra oímos cantar: ‘Gloria al justo'” (Isaías 24:16). “Porque tuyo es el Reino y el poder y la gloria para siempre. Amen”(Mateo 6:13).