Por Steven J. Hogan
Traducido por Mario Meneses
~ Un Mensaje del Sábado por la Mañana #88 ~
Para aquellos de nosotros en los Estados Unidos, es obvio que estamos viviendo en un clima político súper cargado. Cuando ves las noticias en la televisión o en el Internet, no te puedes perder lo que está pasando – esta atmósfera caliente, exagerada y turbulenta. Está el Presidente, el congresista y los jueces, y demócratas (liberales), republicanos (conservadores) e independientes, y los medios de comunicación, y ¿quién tiene razón? Están las próximas elecciones, ¿y quién va a ganar? La gente es muy emotiva y apasionada por todo esto, y para muchos, es porque la política es su religión. Pero para los cristianos, ¿qué religión, ¿qué dice nuestra Biblia? “ Por tanto, tened cuidado[a] cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios, aprovechando bien[b] el tiempo, porque los días son malos. Así pues, no seáis necios, sino entended cuál es la voluntad del Señor.” Efesios 5:15-17
En primer lugar, permítanme compartir un poco de mi historia, ya que ha afectado mucho cómo pienso en la política, la profecía y la voluntad de Dios para mi vida. Fue en agosto de 1976, yo asistí a una conferencia de la iglesia en Kansas City, y por parte del tiempo, marchamos alrededor de Kemper arena, un estadio, llevando señales y promoviendo un candidato presidencial. En 1980, nuestra asociación de iglesias se encontraba en la ciudad de Nueva York durante la Convención Nacional Demócrata, animando a todos a “Votar por moralidad.” Tres meses más tarde, el domingo por la mañana antes de las elecciones nacionales, mi iglesia entrego 40.000 panfletos apoyando a un candidato Senatorial. Cinco años después, nuestra asociación de iglesias comenzó “Americanos para el gobierno bíblico”, pero algunos creían que la Biblia, no la Constitución, era el libro que delineaba las leyes por las que íbamos a gobernar este país. Se puede ver claramente que yo estaba involucrado con las iglesias que sentían fuertemente tratar de influir en el curso de este país.
Esos fueron los anos de “Mayoría moral”, que para muchas iglesias significaba persuadir a la gente a ser moral, porque pensamos que, si tuviéramos una mayoría moral, podríamos ganar elecciones, y cambiar el país. Este pensamiento se basó parcialmente en la amilenialismo, una creencia que afirma que no existe un futuro Reino Milenario, ningún período de 1000 años cuando Cristo está gobernando el mundo. Esta creencia errónea dice que Cristo volverá después de que los cristianos, durante esta era de la iglesia, hayan hecho de este mundo un mundo más amoroso y justo.
A medida que pasaba el tiempo, aprendí que mi forma de pensar con respecto a estas áreas era errónea. El problema no era el Presidente, el gobierno o la cultura, sino el pecado en el corazón de una persona. Sí, mi iglesia entendió el problema del pecado, y que la solución para es el Evangelio de Cristo, pero nos habíamos equivocado grandemente. Cuando Jesús estaba en la tierra, él pudo haber derrotado fácilmente a los romanos y comenzar a gobernar el mundo. Pero él no hizo eso, porque ese no era su propósito en ese momento. La voluntad y la visión de Dios, entonces y ahora, es construir la iglesia, para predicar el Evangelio y hacer discípulos de todas las Naciones. Mateo 16:18, 24:14, 28:19-20
Como cristianos, este es nuestro propósito, construir la iglesia. No debemos buscar los reinos de los hombres, sino el Reino de Dios, un reino que ahora se ve en la iglesia y es espiritual en la naturaleza (Mateo 6:10, 33). Debemos orar por las almas de los hombres, no por los escaños en el Congreso. Debemos poner nuestra esperanza y confianza en Dios, no en los gobernantes (Salmo 146:3-6). Incluso si elegimos a un presidente cristiano, y pasamos muchas nuevas leyes, no cambiaría nada. No necesitamos nuevas leyes, sino nuevos corazones, no nuevos líderes políticos sino predicadores piadosos.
Nuestro país está en decadencia porque ya no es tan moral, pero se está volviendo más inmoral. Hay orgullo, codicia, odio, enojo, egoísmo, injusticia y falta de respeto. Hay políticos corruptos y gente corrupta. De hecho, el mundo entero se está volviendo cada vez más corrupto. Pero como cristianos, debemos seguir el rumbo que Cristo nos dio, construir la iglesia, predicar el Evangelio, y hacer discípulos de todas las Naciones. Los judíos ahora están de vuelta en su tierra, Jerusalén es su capitolio, un tratado de paz pronto será firmado, y el regreso de Cristo y el Rapto de la iglesia y la salvación de un remanente de judíos están en la puerta. Ahora es el momento de recordar que es más importante ganar almas que ganar elecciones, y levantar pastores que levantar políticos. Lucas 12:32-53
¿Qué hay de tu papel en la política? Está bien estar involucrado, pero no debería ser tu máxima prioridad, y no deberías enojarte si se aprueba una mala ley, o una persona injusta gana una elección. Sí, deberías votar. Sí, deberías orar por tus líderes. Sí, puedes ayudar en algunas elecciones. De hecho, todavía escribo cartas al senador que nuestra iglesia ayudó a elegir en 1980, porque él es un cristiano, y quiero animarlo a seguir haciendo lo correcto.
Aquí estamos, viviendo en los tiempos finales y en un país que va cuesta abajo. Hay dos cosas que debes hacer. Primera Haz tu parte, usa tus dones, y sirve al Señor, hasta el regreso de Cristo. Segundo, recuerda la esperanza que tienes de Dios. “Los malvados serán cortados, pero los que esperan al Señor, heredarán la tierra” (Salmo 37:9). Abraham “buscaba la ciudad con fundaciones” (Hebreos 11:10). Deberías estar súper entusiasmado con ese tiempo futuro Cuando Jesucristo, el rey perfecto, gobernará este mundo imperfecto con un corazón de oro y una vara de hierro. ¡Entonces habrá justicia perfecta, amor abundante, gran gloria, y paz mundial! “ Batid palmas, pueblos todos; aclamad a Dios con voz de júbilo.” (Salmo 47:1, 8). Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga, y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; (Selah) para que sea conocido en la tierra tu camino, entre todas las naciones tu salvación. Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te den gracias. Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra. (Selah)“ Salmo 67:1-4
Nota: En medio de toda esta pasión política, necesitamos ser recordados de nuestro propósito verdadero, y con eso, los animo a que lean el artículo, “¿Qué Dios quiere que yo haga en los tiempos finales? Mencioné en este artículo por qué amilenialismo no es cierto. Para entender por qué, yo sugeriría que empezaras con “Teología del reemplazo: no es verdad-parte una,” el primero de los cinco artículos sobre este tema.